La espinaca aporta vitamina C, vitamina A, luteína y zeaxantina, que actúan como antioxidantes para proteger contra el daño celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. La naranja es rica en vitamina C, un antioxidante clave que combate los radicales libres y fortalece el sistema inmunológico.

El pepino contiene flavonoides con propiedades antioxidantes, como la quercetina, kaempferol y luteolina, que ayudan a neutralizar los radicales libres y proteger contra enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

La combinación de vitamina C de la espinaca y la naranja ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, estimulando la producción y función de los glóbulos blancos para combatir infecciones. Los antioxidantes presentes en el pepino también contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico al proteger las células del daño oxidativo.

La espinaca proporciona vitamina K, que es esencial para la coagulación sanguínea adecuada y la salud ósea.

La naranja es rica en potasio, que ayuda a regular la presión arterial y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Los flavonoides del pepino pueden mejorar la salud cardiovascular al reducir la presión arterial y mejorar la función endotelial de los vasos sanguíneos.