Tanto las uvas como el apio contienen una variedad de compuestos antioxidantes, como la quercetina, las antocianinas y la vitamina C. Estos antioxidantes pueden trabajar sinérgicamente para combatir el estrés oxidativo en el cuerpo, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.

Tanto el apio como las uvas son ricos en potasio, un mineral que desempeña un papel crucial en la salud cardiovascular al ayudar a regular la presión arterial y mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo. La combinación de potasio de ambos alimentos puede ayudar a reducir el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Además, los polifenoles presentes en ambas pueden contribuir a la salud cardiovascular al reducir la inflamación y mejorar la función de los vasos sanguíneos.

El manganeso presente en las uvas y los flavonoides como la apigenina y la luteolina presentes en el apio pueden contribuir a la salud ósea y muscular. El manganeso es necesario para la formación y mantenimiento de huesos saludables, mientras que los flavonoides pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea y mejorar la función muscular al reducir la inflamación y el estrés oxidativo.